Una apasionante lectura en la que el autor nos lleva de la mano por distintas fases del desarrollo de la sociedad moderna, principalmente a través de una profunda descripción de sus 2 personajes principales: Michel y Bruno.
A esas fases “evolutivas” por las que atraviesa la sociedad humana, Houellebecq las denomina “revoluciones metafísicas” y describen profundas transformaciones antropológicas, conducidas principalmente por la masificación de cambios espirituales, de consciencia y de la percepción que tiene el hombre de su entorno. Dichos cambios los vemos reflejados dentro de la novela en descripciones sobre la mentalidad y la forma de vida de diversos personajes que se presentan en entornos y épocas variadas y que se relacionan de alguna forma con los mencionados protagonistas. Pese a las diferencias percibidas en cada una de estas fases, es clara la dirección que la sociedad va tomando dentro de la narración del autor, destacándose un tono tremendamente pesimista signado por la deshumanización y la desesperanza.
Es así como tras entender algunas de las transformaciones sociales más importantes del siglo XX, siempre desde la perspectiva que nos ofrece el autor a través de su rica y fluida narrativa, nos enfrascamos en el recorrido existencial de los personajes principales: Michel y Bruno, quienes pese a ser muy distintos en términos psicológicos, atraviesan situaciones similares durante su crecimiento, y terminan enfrentando las mismas desdichas en su madurez. Es a través de la vida de estos personajes que nos damos una idea de la evolución de la sociedad a partir de los años 70 y durante las 3 décadas siguientes, todo bajo la mencionada visión pesimista y con un desarrollo de personajes que destaca por su aproximación freudiana (el tema de la sexualidad es tremendamente importante dentro de la narrativa de Houellebecq).
Durante los últimos compases del libro, el autor juega con algunos elementos de ciencia ficción, aunque de forma muy superficial, siendo el objetivo fundamental destacar su visión sobre el futuro del hombre, donde el proceso de deshumanización toca su punto máximo a través de una nueva revolución metafísica impulsada por un espectacular avance de la ciencia.
No quiero cerrar esta critica sin advertir que el tono pesimista del libro es tremendamente contagioso y muchas veces el tema de la sexualidad llega a ser un poco molesto (se siente forzado, como que si el autor simplemente quisiera ser irreverente y golpear a sus lectores más conservadores, aún a costa de la calidad de su obra). Fuera de esos factores, una lectura recomendable, de esas que golpean el cerebro y ponen a meditar sobre la propia existencia.
Puntuación: 8/10 (Notable)
buen comentario , quizás la parte sexual como la aborda Michel a veces me desconcierta,claramente su personalidad se refleja en sus diferentes personajes principales.
Y la verdad que logra que sus lectores hagamos un análisis profundo de como va nuestra existencia, por eso es atinado el comentario de Sabato cuando dice que debemos leer con pasión,para así hacer mas llevadera nuestra existencia.
Completamente de acuerdo Tomas. Creo que esa es la principal razón por la que me gusta Houellebecq. Te mueve por dentro y te hace explorar partes de ti en las que no piensas muy a menudo.
Saludos